martes, 26 de julio de 2011

Las tijeras veloces de don Miguel Paulino Tato

El ya fallecido crítico Aníbal M. Vinelli (1940-2006) escribía una columna quincenal para la revista Humor® durante la época del Proceso que se llamaba “Cortes y Confesión: En busca del tiempo afanado”. En ella Vinelli, con su proverbial ironía y fino humor, comentaba los estrenos de cine de esos días enumerando los diversos tijeretazos que les propinaba el inefable Miguel Paulino Tato, el censor oficial de la Junta. A veces se trataban de cortes “lógicos” por su contenido sexual o violento pero en otras primaba directamente el ridículo. Por ejemplo: con motivo del estreno de Superman 2 se suprimieron un par de segundos que mostraban el afiche de la ópera rock Evita en el lateral de un autobús. De no creer… 



Un disparate muy diferente fue lo que hizo Tato con la escena de la mujer cadavérica, totalmente desnuda, que acosa a Jack Nicholson en El Resplandor: como no se trataba de un desnudo llamémosle “erótico” y tampoco se podía cercenarlo sin eliminar la secuencia por completo (Stanley Kubrick era extremadamente celoso con su obra y no lo hubiese permitido; de hecho, prefirió postergar el estreno de La Naranja Mecánica en la Argentina por trece años antes que acceder a los caprichos de la censura) se le añadió a la película un manchón verde a la altura del pubis de la actriz. La pobre mujer era seguida por esa mancha antinatural durante todo momento generando una de las ideas censoras más bizarras e insólitas que haya presenciado el espectador argentino en una sala de cine.  



Estos dos ejemplos pueden ser catalogados como curiosidades y al menos no afectaban la comprensión de los filmes en cuestión. Nada que ver con los casos más extremos que tras ser masacrados sin piedad por el pernicioso funcionario directamente perdían la coherencia interna. Cientos de filmes sufrieron por la poda indiscriminada de esas voraces tijeras inmortalizadas (si cabe la expresión) en la canción de Sui Géneris “Las Increíbles Aventuras del señor Tijeras”. En represalia al estrenarse Adiós Sui Géneris, que registraba los dos conciertos despedida del legendario dúo integrado por Nito Mestre y Charly García, Tato le otorgó al documental la calificación de “Prohibida para menores de 18 años” -con la cual muchos de los asistentes a dichos eventos que no contaban con la edad se vieron impedidos de acceder a su proyección- con el argumento de que a los músicos se los observaba “pasados de drogas” (hecho desmentido, dicho sea de paso, por varias fuentes de la época).

Una película nacional que retoma algunos aspectos de este siniestro personaje es El censor (Eduardo Calcagno, 1995), con guión de Alan Pauls & Jorge Goldenberg y Ulises Dumont en el rol del interventor del título. Si por una cuestión generacional no se vivenció esa oscura etapa de nuestra historia vale la pena buscarla para aprender sobre las cosas que se hacían en aras del supuesto “bien común” cuando en verdad lo único que se buscaba con esas medidas era restringir la libertad de expresión y pensamiento del pueblo argentino. 

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