En cada rubro del cine podemos
detectar particularidades que pasan desapercibidas para la gente ajena al
ambiente. Una de ellas es el efecto sonoro bautizado como The Wilhelm Scream
(El Grito Wilhelm), que ha sido utilizado por una enorme cantidad de editores
desde su creación a comienzos de los años 50. La historia detrás de este
efecto, a esta altura un chiste interno para los profesionales del séptimo arte,
tiene su origen en los estudios Warner en 1951. Fue el ingeniero de sonido
Oliver S. Garretson quien ordenó se grabe a un actor -para algunas fuentes fue el cantante Sheb Wooley- profiriendo diversos
gritos con la intención de insertarlos en la postproducción del western de
Raoul Walsh Distant Drums (1951). Al parecer fueron seis los gritos registrados
por los técnicos y al paquete completo se lo denominó Hombre siendo mordido por
un caimán y luego grita. El 5º efecto es el que mucho tiempo después se
conocería como El Grito Whilhelm. Terminada la película el alarido (ver el
video al pie de la nota) pasó a integrar la biblioteca de sonido de la Warner. A
partir de The Charge at Feather River (Gordon Douglas, 1953), cualquier editor
al servicio del estudio empezó a acudir a este archivo sonoro para darle un
mayor impacto a la escena que lo requiriera. Una de las primeras “víctimas” fue un jinete que en el guión
respondía al nombre de Wilhelm. El efecto se popularizó de tal manera que para
la década del 70 ya se podían contar por decenas las películas que echaron mano
de él… y eso sin contar las series de televisión y los dibujos animados. Títulos
como Them! (Gordon Douglas, 1954); Nace una estrella (George
Cukor, 1954); Tierra de Faraones (Howard Hawks, 1955); The Sea Chase
(John Farrow, 1955); Helena de Troya (Robert Wise, 1956); El Capitán Búfalo (John Ford, 1960); PT 109 (Leslie H. Martinson, 1963); Los Boinas Verdes (John Wayne y Ray Kellogg,
1968); La Pandilla Salvaje (Sam Peckinpah, 1969) y la lista continúa ad infinitum.
Fue Ben Burtt, el premiadísimo diseñador de sonido de LucasFilms Ltd., el primero en rendirle homenaje aislándolo de la pista sonora de Nace una Estrella, dándole el nombre con el que se lo conoce hasta el día de hoy e incluyéndolo en su tesis para egresar de la University of Southern California. Tiempo después, cuando se encontraba trabajando para Star Wars: Episodio IV (1977), revolviendo en los archivos de los estudios encontró en la Warner el master del efecto. Desde entonces Burtt introdujo el Grito Wilhelm en todas y cada una de las producciones en las que fue contratado. Estamos hablando de algunas de las sagas más importantes de la historia del cine: en particular la trilogía inicial de Star Wars y todas las películas de Indiana Jones. También fue usufructuado por muchas otras producciones de George Lucas como Howard, el Superhéroe (Willard Huyck, 1986) y Willow (Ron Howard, 1988). Su amigo Steven Spielberg lo usó en una de sus obras más subvaloradas: Siempre (1989). Otros colegas de Burtt siguieron su ejemplo en la década del 80 en filmes como The Big Brawl (Robert Clouse, 1981); La loca Historia del Mundo (Mel Brooks, 1981); Swamp Thing (Wes Craven, 1982); Poltergeist: Juegos diábólicos (Tobe Hooper, 1982) o S.O.S. Vecinos al Ataque (Joe Dante, 1989). En los 90 la cantidad de películas que acudieron al Grito Whilhelm no mermó y podemos mencionar entre ellas a Gremlins 2 (Joe Dante, 1990); La Bella y la Bestia (Wise & Trousdale, 1991); Aladdin (Clements 6 Musker, 1992); Batman vuelve (Tim Burton, 1992); Perros de la Calle (Quentin Tarantino, 1992); Matinee (Joe Dante, 1993); Toy Story (John Lasseter, 1995); Duro de matar: La Venganza (John McTiernan, 1995); El Quinto Elemento (Luc Besson, 1997); Pequeños Guerreros (Joe Dante, 1998) y Arma mortal 4 (Richard Donner, 1998). Desconozco la cifra exacta pero hasta hace unos años se podía comprobar la presencia del Grito Wilhelm en al menos dos centenares y medio de producciones. Algunas de las más recientes son: El Hombre Araña (Sam Raimi, 2002); El Señor de los Anillos: Las Dos Torres (Peter Jackson, 2002), El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey (Peter Jackson, 2003); Kill Bill Vol. 1 (Quentin Tarantino, 2003); Piratas del Caribe: La Maldición del Perla Negra (Gore Verbinski, 2003); Hellboy (Guillermo del Toro, 2004); Troya (Wolfang Petersen, 2004); La Ciudad del Pecado (Robert Rodriguez y Frank Miller, 2005); King Kong (Peter Jackson, 2005); Cars (John Lasseter y Joe Ranft, 2006); Shrek Tercero (Chris Miller y Raman Hui, 2007) y Kung Fu Panda (Mark Osborne y John Stevenson, 2008); Sucker Punch: Mundo surreal (Zack Snyder, 2011) o El Hobbit: Un Viaje inesperado (Peter Jackson, 2012). Y créanme que me quedo corto...
En Wikipedia se puede consultar un listado más exhaustivo de las películas que acudieron a este efecto.
El Grito Whilhelm debutó en este film con Gary Cooper |
Fue Ben Burtt, el premiadísimo diseñador de sonido de LucasFilms Ltd., el primero en rendirle homenaje aislándolo de la pista sonora de Nace una Estrella, dándole el nombre con el que se lo conoce hasta el día de hoy e incluyéndolo en su tesis para egresar de la University of Southern California. Tiempo después, cuando se encontraba trabajando para Star Wars: Episodio IV (1977), revolviendo en los archivos de los estudios encontró en la Warner el master del efecto. Desde entonces Burtt introdujo el Grito Wilhelm en todas y cada una de las producciones en las que fue contratado. Estamos hablando de algunas de las sagas más importantes de la historia del cine: en particular la trilogía inicial de Star Wars y todas las películas de Indiana Jones. También fue usufructuado por muchas otras producciones de George Lucas como Howard, el Superhéroe (Willard Huyck, 1986) y Willow (Ron Howard, 1988). Su amigo Steven Spielberg lo usó en una de sus obras más subvaloradas: Siempre (1989). Otros colegas de Burtt siguieron su ejemplo en la década del 80 en filmes como The Big Brawl (Robert Clouse, 1981); La loca Historia del Mundo (Mel Brooks, 1981); Swamp Thing (Wes Craven, 1982); Poltergeist: Juegos diábólicos (Tobe Hooper, 1982) o S.O.S. Vecinos al Ataque (Joe Dante, 1989). En los 90 la cantidad de películas que acudieron al Grito Whilhelm no mermó y podemos mencionar entre ellas a Gremlins 2 (Joe Dante, 1990); La Bella y la Bestia (Wise & Trousdale, 1991); Aladdin (Clements 6 Musker, 1992); Batman vuelve (Tim Burton, 1992); Perros de la Calle (Quentin Tarantino, 1992); Matinee (Joe Dante, 1993); Toy Story (John Lasseter, 1995); Duro de matar: La Venganza (John McTiernan, 1995); El Quinto Elemento (Luc Besson, 1997); Pequeños Guerreros (Joe Dante, 1998) y Arma mortal 4 (Richard Donner, 1998). Desconozco la cifra exacta pero hasta hace unos años se podía comprobar la presencia del Grito Wilhelm en al menos dos centenares y medio de producciones. Algunas de las más recientes son: El Hombre Araña (Sam Raimi, 2002); El Señor de los Anillos: Las Dos Torres (Peter Jackson, 2002), El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey (Peter Jackson, 2003); Kill Bill Vol. 1 (Quentin Tarantino, 2003); Piratas del Caribe: La Maldición del Perla Negra (Gore Verbinski, 2003); Hellboy (Guillermo del Toro, 2004); Troya (Wolfang Petersen, 2004); La Ciudad del Pecado (Robert Rodriguez y Frank Miller, 2005); King Kong (Peter Jackson, 2005); Cars (John Lasseter y Joe Ranft, 2006); Shrek Tercero (Chris Miller y Raman Hui, 2007) y Kung Fu Panda (Mark Osborne y John Stevenson, 2008); Sucker Punch: Mundo surreal (Zack Snyder, 2011) o El Hobbit: Un Viaje inesperado (Peter Jackson, 2012). Y créanme que me quedo corto...
En Wikipedia se puede consultar un listado más exhaustivo de las películas que acudieron a este efecto.
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